15/11/2013

Doble salto mortal con tirabuzón.

Cierta parte de la industria fotográfica, y me refiero a algunos fabricantes de cámaras, están jugando a un juego peligroso. A las empresas se les da mal los saltos al vacío, las piruetas acrobáticas. Funcionan mejor cuando pulen un paradigma probado y lo mejoran pasito a pasito; sobre todo, las japonesas.

Esta mañana leía las primeras impresiones sobre las nuevas Sony de paso universal y sin espejo, las Alpha 7 (24 Mpíxeles) y 7R (36 Mpíxeles). Cuando leí su anuncio, me pareció una apuesta arriesgada, dado que Sony lleva invirtiendo mucho dinero y esfuerzo en el desarrollo de la gama NEX, cámaras con sensor APS y sin espejo. Abrir dos frentes con sensores de diferente tamaño, con la incompatibilidad de objetivos que supone, es peligroso, siembra dudas en tu base de clientes y supone aumentar los esfuerzos para desarrollar los elementos básicos de la cámara (medición, enfoque, obturación, etc.) Especialmente en una tecnología que está en su fase inicial. Veamos el porqué de esta afirmación.

Las cámaras sin espejo, sin piezas móviles (salvo el obturador, y ya caerá, ya), son el Santo Grial de los departamentos de desarrollo de todos los fabricantes de cámaras, sdemás de las sucesoras del concepto réflex, que tan bien ha servido a la comunidad fotográfica durante varias decenas de años. Pero la digitalización es imparable y exige sacrificios para mejorar los productos a la vez que se abaratan los costes; los elementos mecánicos de precisión son caros y exigen mano de obra especializada para su montaje, su calibración y su mantenimiento: muerte pues en lugar de susto.

Por contra, las cámaras sin espejo no sólo lo eliminan, se cargan también el subsistema de enfoque y el visor óptico. Todo se hace a partir de la señal de vídeo del sensor, que se lleva a la pantalla trasera, al visor (disponible en la gama alta) y se utiliza por el procesador (ese chip que lo hace todo) para enfocar. Y aquí aparece el principal problema: el sistema de enfoque utilizado en estas cámaras, denominado detección de contraste, es claramente inferior al propio de las cámaras réflex (detección de fase), muy perfeccionado tras décadas de mejoras continuas.

El problema fundamental del rendimiento del enfoque en las cámaras sin espejo es la rapidez de respuesta, lo que las hace inservibles para seguimiento de sujetos en movimiento. Renunciar a la fotografía de acción es inviable para los grandes fabricantes, como Canon y Nikon, por lo que siguen -muy a su pesar- ofreciendo cámaras réflex en sus gamas media y alta. Peor para ellos, piensan los demás, ansiosos por comerse todo el trozo del pastel que puedan arrebatar a los dos grandes.

El tiempo pasa y los que llegaron primero (Olympus y Panasonic), han demostrado que sus cámaras sin espejo son capaces de enfocar a sujetos estáticos con la misma precisión y rapidez que sus equivalentes réflex. Pero hay una limitación insalvable en la detección de contraste si se quiere llegar a un resultado satisfactorio para la foto de acción: la respuesta está en dotar a los sensores de imagen de la tecnología de detección de fase, unificando en un dispositivo las funciones de captura de imagen y de información precisa y rápida para el enfoque.

No voy a aburrirte, querido lextor, con detalles técnicos. Baste decir que, de momento, las cámaras sin espejo siguen sin estar a la altura de sus competidoras a la hora de enfocar sujetos en movimiento; quien más ha avanzado -desde mi punto de vista- es Canon con la 70D, aunque, en un sabio nadar y guardar la ropa, lo utiliza sólo para grabar vídeo, manteniendo el subsistema de enfoque tradicional de las réflex para la captura de fotos.

Y volviendo al origen de este comentario, me sorprende leer en DPRview los pobres resultados del enfoque con sujetos estáticos de la Alpha 7, porque de las dos, es la que incorpora la detección de fase en el sensor, mientras que su hermana de mayor resolución, la 7R, se contenta con el "tradicional" de detección de contraste y ofrece buenos resultados, mejores que los de la 7.

¿Por qué tantos frentes abiertos en una tecnología que necesita pulido y abrillantado? ¿Hemos llegado a la sinrazón de sacar cámaras nuevas que son versiones beta en vez de productos acabados? Yo. de momento, sigo fiel a mi vieja réflex digital que ofrece resultados en vez de promesas incumplidas.

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