08/12/2016

La revolución del momento (II)

En la primera parte de esta artículo hablaba de la impresionante evolución tecnológica de las cámaras instaladas en los teléfonos móviles, y de cómo han desplazado la cacharrería fotográfica habitual (cámarsa, objetivos, flashes y accesorios) a los márgenes especializados de la práctica fotográfica.

Pero no se puede componer una imagen completa del cambio brutal sufrido por la fotografía en apenas una década sin tener en cuenta los factores ergonómicos de la fotografía móvil. Merece la pena verlo con detalle.

¿Cuáles son los factores más importantes de la revolución de los móviles? Para responder a esta pregunta, tenemos que analizar su uso. Por ejemplo, Apple afirma que la aplicación más usada en sus teléfonos es iMessage, enfocada a la transmisión asíncrona de mensajes de texto, sonido, imágenes, vídeos y otros tipos de ficheros entre usuarios de teléfonos y tabletas de la marca californiana. Facetime, Skype, WhatsApp, Telegram y Snapchat son ejemplos de otras aplicaciones de comunicación síncrona o asíncrona que acaparan el uso de nuestros teléfonos. La comunicación mediante cualquier formato digital entre dos personas o en el seno de grupos reducidos es ¡qué duda cabe! uno de los grandes motivos para la adquisición de un teléfono móvil.

Por otro lado, la gran popularidad de las redes sociales ha consolidado la atracción que sienten las personas por publicar contenido; nos hemos vuelto narradores de nuestras vidas a través de sus herramientas. Y aunque Twitter, Facebook y YouTube nacieron atadas al PC, viven su edad de oro gracias a sus versiones móviles, disponibles en miles de millones de dispositivos siempre conectados, siempre al alcance de sus dueños. Aquí radica el segundo factor que engancha a los usuarios de móviles: la publicación inmediata en las redes sociales. La digitalización masiva tras la llegada de Internet nos ha convertido en consumidores de grandes dosis de información. Ahora, gracias a los móviles, también somos prolíficos creadores de información.

¿Y no se puede categorizar al fotógrafo como creador de información? Pues claro que sí, en eso ha consistido una parte importante de la fotografía desde su nacimiento: producir información gráfica, ilustrar la historia de los últimos 150 años. Y tengo que decir con satisfacción que la fotografía ha sabido integrarse en este nuevo paradigma del lenguaje digital, pues no hay aplicación móvil, página web o red social que no le dé un tratamiento especial, facilitando la captura, transmisión y publicación de fotografías de forma sencilla y gratificante para el usuario. Algo que, por cierto, brilla por su ausencia en los objetivos de la industria fotográfica tradicional, que vive de espaldas a esta realidad. Y así les va.